Todas nosotras recordamos que, cuando teníamos 16 años, nos preguntábamos ¿Por qué tengo que aprender estas cosas? Siendo honestas, a veces pensamos que tal vez teníamos la razón. Es decir, llenamos nuestras mentes de información que ahora parece que no tiene nada que ver con la vida cotidiana. Por ejemplo ¿cómo te ha impactado el hecho de que “La Conquista Normanda” fue en el año 1066? Yo, por lo menos, nunca he tenido que encontrar el volumen de una esfera después de graduarme de la preparatoria.
Permítame disculparme con los maestros de matemáticas de educación básica. La verdad es que estoy muy a favor del aprendizaje y el estudio por su propio bien. Obviamente, hay algunas cosas que aprendemos, no porque tengan un impacto directo en la vida diaria, sino porque al aprenderlas se desarrolla la capacidad de pensar de una manera determinada. Aprender álgebra es bueno para tu cerebro, ya sea que seas ingeniero o no. Aprender la teología es así también.
Pero aprender la doctrina correcta también es muy parecido a aprender las letras y números. Tenemos muchas respuestas para el niño que asiste al kínder y pregunta ¿aprender a leer es realmente una buena idea? Sí, aprender fonemas cambia cada parte de tu vida. Ser capaz de sumar y restar es útil todos los días. Y pensar correctamente acerca de Dios resulta en vivir correctamente para Dios. *
Probablemente hayas notado que la Biblia tiene mucho que decir acerca de lo que Dios quiere que hagamos y lo que espera que evitemos. Llamamos a estos enunciados “mandatos”. Pero a medida que meditas con lo que dice la Biblia, comienzas a ver que todos estos mandatos llegan como resultado de la explicación de una verdad teológica.
Tomemos como ejemplo el robo. ¿Por qué los seguidores de Jesús no deben tomar cosas que no son de ellos? La Biblia dice en Efesios 4:28: “ El que roba, no robe más.” Ahora vea los versículos que rodean a este mandamiento. No robar es parte de una lista de ejemplos de formas en que los cristianos son diferentes ahora, de lo que eran antes. Un poco antes en el libro de Efesios, encontrarás una explicación detallada de lo que éramos antes y lo que sucedió para cambiarnos a lo que somos ahora. Verás algunos de los propósitos de Dios para redimirnos de la obscuridad y la inutilidad explicados y celebrados. Y te encontrarás pensando: “¡AMO esto! ¡Los propósitos de Dios son tan increíbles!” Estarás ansiosa por responder. Con asombro notarás que las respuestas que el Espíritu Santo identifica como adecuadas tienen mucho sentido. No robar ya no es nada más “lo correcto” o lo que tus papás siempre esperaban. No robar de repente se convierte en una práctica en que puedes honrar y adorar a Dios, el que te transfirió con amor y misericordia a un nuevo reino.
Conocer la teología y ver las conexiones entre la doctrina de Dios y los mandamientos de Dios hace que la obediencia a Dios sea un acto de adoración gozoso. Nos he animado a aprender la teología por tres razones: conocer a Dios, conocer a Dios correctamente y obedecer a Dios como respuesta a su verdad. Queremos explorar la verdad de Dios y verla cambiar nuestras vidas.
* He modificado una cita que es la tesis de Complete in Him: A Guide to Understanding and Enjoying the Gospel por Michael P.V. Barrett. Con frecuencia afirma en este libro que “pensar correctamente sobre el evangelio produce el vivir correctamente en el evangelio”. Actualmente estoy leyendo el libro por segunda vez.
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