Reunirme con mi familia es una de mis actividades favoritas. Siempre encontramos motivos para reír mucho, comemos; y volvemos a contar exactamente las mismas historias; nuevamente reímos y comemos. Estas reuniones también nos brindan oportunidades para escuchar conversaciones divertidas que los primos tienen entre sí. En una ocasión, los niños estaban felices porque habían conseguido una golosina de esos paquetes de yogurt. (Ya sabes, el tipo de comida no dada con mucha frecuencia por los padres, pero proporcionada liberalmente por los abuelos.) Mi sobrinito se aseguraba de que todos en la habitación supieran que él estaba comiendo “orgut” y que eso lo hacía muy feliz. Pronto, una prima mayor y más sabia, condescendientemente aclaró el asunto: “Dice que es ‘orgut’, pero en realidad es ‘LO-GWIT’. “
Bueno, al estar muy familiarizada con esta pequeña “sabelotodo,” estoy segura que ella no tenía ningún deseo de dar a conocer información errónea sobre la pronunciación de esa comida. Estaba afirmando con confianza que lo que creía que era un fiel reflejo de la realidad. Pero ella estaba equivocada. El diccionario no cambió la pronunciación aceptada de “yogurt,” simplemente porque una niña de cuatro años realmente pensó que ella tenía la razón.
Si dediques algo de tiempo a las discusiones y comentarios en las redes sociales, comenzarás a notar que hay muchas personas, con acceso a Internet, que tienen ideas muy definidas sobre cómo y quién es Dios. Y creen que Dios tiende a estar de acuerdo con cada posición que cada comentarista defiende con vehemencia.
“¡Lo sé! ¿Dónde consiguen algunas personas esas ideas tan…?”
Espere. No he terminado. Y a veces, tal vez, ponemos nuestros ojos en tono condescendiente y pasamos el error obvio murmurando nuestra propia versión de “En realidad es lo-gwit.”
La realidad es que la alternativa para conocer la teología correcta es creer en la teología incorrecta. Creo que mucha gente tiene la idea de que la alternativa a la comprensión de la teología correcta es “no preocuparse mucho con la teología.” Pero todo el mundo tiene una teología, es decir, una idea de quién es Dios. A. W. Tozer comienza El Conocimiento de Dios Santo con la famosa frase: “Lo que nos viene a la mente cuando pensamos en Dios es lo más importante de nosotros.” Él presume que sus lectores están de acuerdo con él en que algo nos viene a la mente cuando pensamos en Dios.
Hace mucho tiempo, Dios notó la tendencia de las personas a reclamar la buena opinión de Dios para avanzar su agenda. Él dice en el Salmo 50:21: “Pensaste que yo era uno como tú. Pero ahora te reprendo”.
En la publicación anterior, consideramos que necesitamos que Dios nos cuente acerca de Él mismo si vamos a saber algo acerca de Él. Ahora voy más allá. Debemos estudiar la auto-revelación de Dios para evitar creer las mentiras acerca de Dios.
En algún momento de tu vida, es probable que te encuentres diciendo cosas como:
“No puedo creer que Dios haga algo así.”
“Dios no querría que yo ___________.”
“Tal vez Dios está planeando para ____________.”
“No adoro a un Dios que ____________.”
Cuando pienses en cosas así, trata de preguntarte: “¿Por qué digo eso? ¿En qué estoy basando esa creencia?” Cuanto mejor estudiemos la verdad de Dios (la teología) como se revela en el Libro inspirado de Dios, más confiadas y correctas estaremos en rechazar el error.