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Buscando a Jesús por sus palabras

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24 mayo 2019 By Andrea Crocker

No es demasiado difícil

Hace varias semanas, encontré una conversación realmente edificante y alentadora en Twitter de todos los lugares. Un hombre con quien fui a la universidad, que ahora tiene un doctorado y enseña en un instituto bíblico, tuiteó sobre un anuncio de software bíblico. Estaba en desacuerdo con la forma en que estaba redactado el anuncio: “El anuncio del software de la Biblia que me cae mal: ‘No solo lea la Biblia; estudie la Biblia’. Enseño a los estudiantes que la herramienta más poderosa es la lectura cuidadosa y atenta. Las mejores ideas no son profundas sino amplias, y se encuentran justo en la superficie de un texto en [tú propio idioma] para todos los que tienen ojos para ver “.

Luego, otro amigo mío comentó y publicó una captura de pantalla de Deuteronomio 30:11–14:

“Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni está fuera de tu alcance. No está en el cielo, para que digas: ‘¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos?’ Ni está más allá del mar, para que digas: ‘¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?’ Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes.”

La Palabra de Dios es Accesible

Ese intercambio de Twitter se quedó en mi mente durante los siguientes días. Me encontré reflexionando sobre lo que los dos hombres señalaron. Y fue de mucho ánimo. ¡La Palabra de Dios es accesible! No es demasiado difícil para mí. No está lejos. No necesito que un experto ascienda al cielo para bajarla a mi nivel. Está en mis libreros. Está junto a mi cama. Está en mi bolsillo en mi teléfono. ¿Para qué? Para que yo pueda guardarla.

 Si tienes una Biblia, tienes lo que necesitas para comunicarte con Dios de una manera realmente emocionante, profunda, útil y que cambia la vida. Aquí está en tres pasos:

  1. Abra una Biblia.
  2. Lee las palabras cuidadosamente.
  3. Hazlo de nuevo al día siguiente.

Eso es todo. No nos dejemos intimidar por la amplia gama de recursos de estudio bíblico disponibles. Definitivamente aprovéchate de lo que es útil si quieres. “Pero una cosa es necesaria” (Lucas 10:42). Sentarse a los pies de Jesús y aceptar Sus palabras transformará tu vida espiritual. Realmente lo hará.

Foto por Ben White on Unsplash

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24 mayo 2019 By Andrea Crocker

Aprender. Practicar. Discernir. Repetir.

En la entrada anterior, nos dimos una prueba de audición espiritual. ¿Te desanima reflexionar sobre tu habilidad para absorber y comprender la verdad bíblica? Afortunadamente, el autor de Hebreos no nos deja sin un remedio para nuestros problemas de audición. ¡Esa es una realidad maravillosa sobre la Biblia! En el espejo de la Palabra de Dios, vemos una imagen precisa, aunque poco halagadora, de nosotros mismos. ¡Pero también vemos la hermosa solución en Cristo! Veamos cómo nosotros, como creyentes, podemos madurar en nuestra capacidad de procesar verdades espirituales.

Una imagen práctica de la palabra

En lugar de darnos una lista paso a paso, el autor de Hebreos ofrece una imagen de palabra para describir el crecimiento espiritual. “Tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez” (Hebreos 5: 12–14).

Los bebés aún no pueden ingerir alimentos sólidos; por eso beben leche. La siguiente etapa es puré de alimentos para bebés. Una vez que se pasan a sólidos, la comida debe cortarse en porciones pequeñas para que no se ahoguen. Sin embargo, eventualmente, los niños llegan al punto en que pueden cortar, recoger, masticar y tragar los mismos alimentos que comen sus padres.

De la misma manera, a los creyentes inmaduros, les falta la capacidad de procesar verdades espirituales profundas. Necesitan a un predicador o un maestro para dividir los pasajes complejos en pedazos pequeños. Esto no es algo malo para un nuevo creyente ¡de hecho, es un proceso emocionante! Discipular a alguien que no tiene experiencia con la Palabra de Dios es un privilegio maravilloso. ¡Qué asombroso es ver cómo se enciende el foco cuando comienzan a procesar y comprender las realidades espirituales!

Sin embargo, una mujer con años de vida espiritual a sus espaldas no debe seguir una dieta a base de leche. Dios espera que los creyentes maduremos en nuestra capacidad de entender Su Palabra. Necesitamos ser hábiles con el tenedor y el cuchillo, cortar las porciones más carnosas de las Escrituras y masticar cada palabra. Al escritor de Hebreos le preocupa que estos creyentes, que ya deberían ser maestros, todavía necesiten ser alimentados con cuchara.

Cómo ocurre el crecimiento: El ciclo de aprendizaje, práctica y discernimiento

“Pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5:14).

Así como un bebé debe practicar tragar y masticar, los creyentes deben poner en práctica las cosas que aprenden de la Palabra de Dios. Hay pasajes de las Escrituras muy básicos que deben ser aplicados. A medida que vivimos lo que aprendemos, crecemos en nuestra capacidad de aprender más verdades. Y luego ponemos en práctica esas verdades. Eventualmente, estamos tan arraigados en la clara enseñanza de las Escrituras que podemos discernir la mente de Dios en cosas que no se mencionan específicamente en la Biblia. Es un ciclo emocionante, que dura toda la vida, de aprender-practicar-discernir.

Hacemos esto en nuestras interacciones con otras personas. Las amistades se basan en el conocimiento y la aplicación de ese conocimiento. Podemos perdonar a un nuevo conocido por hacer cosas que nos irritan o por ignorar nuestros deseos. Pero mientras más profunda es la amistad, más esperamos que la otra persona actúe sobre su conocimiento de nosotras. Es doloroso que una amiga ignore a sabiendas nuestras preferencias o convicciones. Incluso esperamos que nuestros amigos más cercanos actúen sobre el conocimiento “inferido”: “¡Debiste saber que no me gustaría esta película!” Todas las relaciones crecen utilizando el ciclo de aprender-practicar-discernir. ¿Conocemos a nuestro Dios así? ¡Él quiere que así sea! El Creador del universo se nos ha revelado y nos invita a tener una relación con Él. No importa en qué etapa de madurez espiritual estemos, el proceso de crecimiento es el mismo para todos los cristianos. Comienza con nuestra audición: escuche activamente lo que Dios dice en Su Palabra. Ponlo en práctica en tu vida. Crece en tu conocimiento de Dios. Repite.

Foto por life is fantastic on Unsplash

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8 mayo 2019 By Andrea Crocker

Prueba Auditiva

¿Alguna vez has visto videos virales en las redes sociales? Intento mantenerme alejado de los videos raros (los de puro “clickbait”). Pero muchas veces es difícil no encontrarse con un video que llame tu atención. Un video en particular me emocionó tanto que me hizo llorar. Es el video de un niño pequeño que recibió como regalo: la capacidad de escuchar la voz de su madre, por primera vez.  Es imposible describir la expresión de su rostro después de que el audífono se colocó en su oído y el rostro silencioso de su madre de repente emite una voz.

Los que hemos tenido la capacidad de escuchar toda nuestra vida no podemos comprender un mundo sin sonido, sin música, donde  no hay voces, ni hay pájaros gorjeando. ¡Escuchar es verdaderamente un regalo!

Oídos espirituales

La audición espiritual también es un regalo. La predicación de Jesús a menudo incluía la advertencia: “El que tiene oídos para oír, oiga” (p. Ej., Mat. 11:15). No todos los que escuchaban su voz tenían oídos espirituales para comprender su enseñanza. Los escritores del Nuevo Testamento mencionan el pasaje de Isaías 6 para explicar por qué algunos no tienen audición espiritual. La predicación de la Palabra de Dios puede en realidad cerrar los ojos y oídos de aquellos que escuchan con incredulidad.

Entonces, si has escuchado la voz de Dios y has respondido con fe y arrepentimiento, ¡tienes el precioso don de la audición espiritual! Y con cada privilegio viene la responsabilidad. Debemos mantener nuestra audición espiritual aguda y alerta.

Tardos para oír

¿Es realmente posible que la audición espiritual de un cristiano sea amortiguada? Por desgracia sí. Hebreos 5:11 describe a un grupo de cristianos que se habían vuelto “tardos para oír”. El autor menciona una verdad gloriosa enseñada por David en el Salmo 110:4. El Mesías Rey también es nuestro Gran Sumo Sacerdote “según el orden de Melquisedec”. Pero justo cuando se está emocionando al exponer esta verdad, se detiene a reflexionar sobre cómo será recibido por su audiencia. ¿Serán capaces de comprender?

Su evaluación es la siguiente: “ Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar,”. ¿Por qué? ¿Porque el concepto es tan complejo que al autor le resulta difícil solucionarlo? ¡No! Es “difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír “.

¿Alguna vez has tratado de enseñar a  estudiantes  de secundaria? Generalmente hay un par de estudiantes listos y diligentes levantando sus manos en cada oportunidad que tienen para participar. Pero hay otros estudiantes que aunque tú  trates de llamar su atención  bailando en el escritorio con un traje de payaso y no  la obtendrías. ¿ El problema es el profesor? Posiblemente. Pero a veces el problema es con esos estudiantes. Puede ser que no estén motivados para aprender. Probablemente no sepan seguir un plan de lección organizado. El tema puede parecerles aburrido. Pero, el resultado final es que están tardos para oír. Es difícil enseñar cuando tu audiencia se ha desconectado.

Autocomprobación

Entonces, hagamos una pausa en este punto para darnos la prueba auditiva de Hebreos 5. ¿Estarías familiarizado con la conexión entre Cristo y Melquisedec? ¿Sabes quién es él? Cuando lees el Salmo 110, ¿te paras a hacer preguntas cuando algo no tiene sentido? ¿O tus ojos simplemente echan un vistazo sobre las palabras?

¿Cómo escuchas los sermones de tu pastor cada domingo? ¿Está tu mente activamente comprometida, siguiendo su flujo de pensamiento? ¿Haces conexiones con otros pasajes de la Biblia? ¿Apuntas las preguntas a considerar?

Tal vez tienes un pastor aburrido. Tal vez el pasaje sea realmente profundo. Pero tal vez, solo tal vez, te estás volviendo tardo para oír. ¿Estás dispuesto a ser lo suficientemente honesto como para permitir que Dios realice una prueba auditiva espiritual?

En la siguiente publicación, veremos cómo crecer en nuestra capacidad para entender y aplicar la Palabra de Dios.

Foto por Alireza Attari on Unsplash

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26 abril 2019 By Andrea Crocker

Todos tenemos una teología

Reunirme con mi familia es una de mis actividades favoritas. Siempre encontramos motivos para reír mucho, comemos; y volvemos a contar exactamente las mismas historias; nuevamente reímos y comemos. Estas reuniones también nos brindan oportunidades para escuchar conversaciones divertidas que los primos tienen entre sí. En una ocasión, los niños estaban felices porque habían conseguido una golosina de esos paquetes de yogurt. (Ya sabes, el tipo de comida no dada con mucha frecuencia por los padres, pero proporcionada liberalmente por los abuelos.) Mi sobrinito se aseguraba de que todos en la habitación supieran que él estaba comiendo “orgut” y que eso lo hacía muy feliz. Pronto, una prima mayor y más sabia, condescendientemente aclaró el asunto: “Dice que es ‘orgut’, pero en realidad es ‘LO-GWIT’. “

 Bueno, al estar muy familiarizada con esta pequeña “sabelotodo,” estoy segura que ella no tenía ningún deseo de dar a conocer información errónea sobre la pronunciación de esa comida. Estaba afirmando con confianza que lo que creía que era un fiel reflejo de la realidad. Pero ella estaba equivocada. El diccionario no cambió la pronunciación aceptada de “yogurt,” simplemente porque una niña de cuatro años realmente pensó que ella tenía la razón.

Si dediques algo de tiempo a las discusiones y comentarios en las redes sociales,  comenzarás a notar que hay muchas personas, con acceso a Internet, que tienen ideas muy definidas sobre cómo y quién es Dios. Y creen que Dios tiende a estar de acuerdo con cada posición que cada comentarista defiende con vehemencia.

“¡Lo sé! ¿Dónde consiguen algunas personas esas ideas tan…?”

Espere. No he terminado. Y a veces, tal vez, ponemos nuestros ojos en tono condescendiente y pasamos el error obvio murmurando nuestra propia versión de “En realidad es lo-gwit.”

La realidad es que la alternativa para conocer la teología correcta es creer en la teología incorrecta. Creo que mucha gente tiene la idea de que la alternativa a la comprensión de la teología correcta es “no preocuparse mucho con la teología.” Pero todo el mundo tiene una teología, es decir, una idea de quién es Dios. A. W. Tozer comienza El Conocimiento de Dios Santo con la famosa frase: “Lo que nos viene a la mente cuando pensamos en Dios es lo más importante de nosotros.” Él presume que sus lectores están de acuerdo con él en que algo nos viene a la mente cuando pensamos en Dios.

Hace mucho tiempo, Dios notó la tendencia de las personas a reclamar la buena opinión de Dios para avanzar su agenda. Él dice en el Salmo 50:21: “Pensaste que yo era uno como tú. Pero ahora te reprendo”.

En la publicación anterior, consideramos que necesitamos que Dios nos cuente acerca de Él mismo si vamos a saber algo acerca de Él. Ahora voy más allá. Debemos estudiar la auto-revelación de Dios para evitar creer las mentiras acerca de Dios.

En algún momento de tu vida, es probable que te encuentres diciendo cosas como:

“No puedo creer que Dios haga algo así.”

“Dios no querría que yo ___________.”

“Tal vez Dios está planeando para ____________.”

“No adoro a un Dios que ____________.”

Cuando pienses en cosas así, trata de preguntarte: “¿Por qué digo eso? ¿En qué estoy basando esa creencia?” Cuanto mejor estudiemos la verdad de Dios (la teología) como se revela en el Libro inspirado de Dios, más confiadas y correctas estaremos en rechazar el error.

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26 abril 2019 By Andrea Crocker

Algo para jactarse

Mi hija de cinco años tiene una habilidad especial para encontrar cosas que hemos perdido en la casa. La hace muy feliz encontrar algo para alguien porque le encanta ser útil. Bueno, a veces a ella le gusta ser útil, pero realmente le encanta que la reconozcamos con el título ilustre que le hemos otorgado: “Buscadora Más Magnífica”. Ella se proclama a sí misma con ese título con frecuencia, y le molesta mucho tener un hermano que disputa la afirmación de ser la Buscadora Más Magnífica.

En algún tiempo el comportamiento como el de mi hija se consideraba inmaduro. Cuando una persona se jactaba o ponía valor a si mismso se consideraba inferior a las personas respetables. Por ejemplo, los candidatos presidenciales de los Estados Unidos no hacían campaña en su propio nombre hasta el séptimo presidente Andrew Jackson. Fanfarronear la sabiduría, la fuerza y ​​el dinero en público no era una estrategia efectiva para obtener acceso a la presidencia. De hecho, aún no escuchas a los candidatos hablar sobre lo bueno que son o cuánto dinero tienen o … bueno, me estaba asegurando que estuvieras poniendo atención. Los tiempos han cambiado ¿cierto? La jactancia se está convirtiendo en un hábito muy común en nuestros días.

Pero para que no empecemos a pensar en los buenos tiempos de los 1800’s, recordemos que alardear de su inteligencia, su poder y su dinero es una antigua costumbre que se remonta a antes de la primera campaña presidencial en la historia. Dios acusa a las personas por su arrogancia en varios lugares de la Biblia.

En Jeremías 9:23–24, encontramos este pasaje:

“No se gloríe el sabio de su sabiduría,
Ni se gloríe el poderoso de su poder,
Ni el rico se gloríe de su riqueza;
Pero si alguien se gloría, gloríese de esto:
De que Me entiende y Me conoce,
Pues Yo soy el Señor que hago misericordia,
Derecho y justicia en la tierra,
Porque en estas cosas Me complazco,” declara el Señor.

En este pasaje hay mucha enseñanza, pero el principio clave es: “Conocer a Dios es mucho más impresionante que ser inteligente, poseer fuerza o ganar dinero.” Dios dice que, si vas a jactarte de algo, hazlo acerca de conocerlo a Él. Conocer a Dios es la mejor cosa que cualquier ser humano puede hacer.

En una entrada anterior el desafío fue hacer un esfuerzo para aprender acerca de quién es Dios (la teología). Voy a exponer algunas razones por las que creo que es necesario estudiar la teología.

La primera razón por la que creo que deberíamos estudiar teología es porque es la única forma de conocer a Dios en una manera personal. Es imposible conocer a Dios a menos que Él se revele a nosotros. (No quiero decir que conocer la teología es lo mismo que conocer a Dios. No lo es. Se podría saber mucha teología y no conocer a Dios personalmente.) Tenemos el mundo natural que Él creó y tenemos una conciencia que Él nos dio. Dios utiliza estas cosas para revelarse en una manera general a la humanidad. Pero si no tuviéramos la enseñanza que aprendemos exclusivamente por medio de la palabra escrita de Dios, no pudiéramos conocer a Dios a un nivel personal. Dependemos completamente de la auto revelación de Dios para saber cualquier cosa acerca de Él, y dependemos completamente de la doctrina (la enseñanza) revelada en la Biblia para verdaderamente conocer a Dios personalmente.

Si eso no es suficiente motivación para buscar y conocer a Dios por medio de la teología, veamos ¿Qué piensa Dios de las personas que no tienen interés en conocerlo? En los versículos 3 y 6 de Jeremías 9 Dios dice:

“Tensan su lengua como su arco;
La mentira y no la verdad prevalece en la tierra;
Porque de mal en mal proceden,
Y a Mí no Me conocen,” declara el Señor.
Tu morada está en medio del engaño;
Por causa del engaño rehúsan conocerme,” declara el Señor.

Un conocimiento preciso de Dios no es algo que Dios nos ofrece para que lo tomemos o dejemos, dependiendo de nuestros intereses personales. Podemos seguir a los malvados que se niegan conocer a Dios o podemos seguir un camino que Dios dice es algo para jactarse.

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6 abril 2019 By Andrea Crocker

Tú puedes estudiar la teología (Parte 2)

En el último apartado, vimos que no podemos tratar con la Biblia como si fuera un libro de referencia, esperando que toda la información pertinente acerca de un tema se encontrará en un solo pasaje. Tenemos que estudiar las escrituras como un todo. Esto suena como una tarea formidable. Ya vimos que estudios de palabras nos pueden ayudar organizar la enseñanza de la Biblia y darnos una perspectiva más completa. Examinemos tres maneras más que podemos utilizar para ampliar nuestra enfoque cuando estudiamos la Biblia.

Regularmente Lee Toda la Biblia

¿Fácil? No. ¿Emocionante? No todo el tiempo. Pero, si vamos a tener un entendimiento pleno de lo que enseña la Biblia, es clave familiarizarte con toda la Biblia. A lo largo de varios años, el fundamento que construyes te dará una base firme para enfrentar preguntas o dudas acerca de lo que dice la Biblia.

Queremos que nuestra respuesta a enseñanzas equivocadas sea, “¿No enseña [cierto pasaje] algo diferente?” Quizás no tendrás la cita del versículo ya memorizado (¡o tal vez sí lo tendrás! Vea el próximo punto.), pero tendrás una idea general de lo que dice otro libro específico de la Biblia acerca de cualquier tema.

He encontrado que la lectura en varios lugares en el mismo día me ayuda hacer conexiones que, a lo mejor, no hubiera pensado si hubiera leído un solo pasaje. Hay muy buenos planes de lectura bíblica que se organizan así.

Memoriza Pasajes Claves

¡Espera! ¿No acabas de decir que no debemos buscar “textos de prueba”? ¡No dije eso! Ciertamente hay pasajes claros (como Filipenses 2 o Juan 1) cuales están llenos de verdades que nos ayudan a dar sentido al resto de la enseñanza de la Biblia. Si estás tentada dudar de la confiabilidad de la Biblia, tienes que tener 2 Timoteo 3:16–17 disponible en tu corazón. Cuando lees un pasaje que te hace preguntar tal vez Dios espera que ganes tu salvación, Efesios 2:8–9 deben de ser tu próximo pensamiento. Las escrituras nunca se contradicen. Entonces tener versículos claves ya memorizados nos mantendrá firmes mientras navegamos por el resto de la Biblia.  

Utiliza Otros Recursos

Algunos, si no la mayoría, de los libros acerca de la teología sistemática son enormes y pesados. Pero hay algunos que son de lectura más ligera, y aún dan una gran visión general de las doctrinas básicas enseñadas en las escrituras. Considere leer uno de estos, exponiéndote a los problemas y las preguntas que nosotros, como cristianos, tenemos que superar. Puesto que hay una gran cantidad de libros de teología disponibles, sería una buena idea pedir una recomendación de tu pastor. Nuestra esperanza es que este sitio sea una herramienta que se puede utilizar para aprender más sobre las doctrinas fundamentales.

Como puedes ver, aprender la teología es una búsqueda de toda la vida. ¡Es tan gratificante! ¡No te contentes con subcontratar tu teología! Debes basarte en estas verdades y vivirlas en su vida.

¿Que pasa contigo? ¿Alguna vez has identificado un error en la enseñanza de alguien debido a tu conocimiento de otro pasaje de las escrituras?

Foto porGift Habeshaw on Unsplash

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6 abril 2019 By Andrea Crocker

Tú puedes estudiar la teología (Parte 1)

Somos fieles en la iglesia, escuchamos la Palabra de Dios predicada cada semana, nos encanta cantar himnos que expresan nuestra fe. Todo esto significa que somos libres de las dudas ¿verdad? No necesariamente. Nuestro enemigo puede sembrar semillas de duda en la mente aún del miembro más fiel de la iglesia. Pero también hay maneras en que, sin saberlo, podemos cultivar estas dudas por nuestra mala manera de pensar. Debemos evaluar nuestra manera de pensar a fin de reconocer estos brotes de duda que florecen en nuestras mentes.

 Una vez, en un estudio bíblico que estaba enseñando, una jovencita me preguntó, “Hay un versículo o pasaje que establezca claramente que Jesús es completamente Dios y completamente humano?” Le dirigí al primer capítulo de Juan. Jesús, la Palabra, se identifica como Dios, y también se dice que se hizo carne. Pero la pregunta de ella reveló un problema más profundo acerca de la manera en que tendemos de pensar en verdades teológicas. A veces, queremos utilizar la Biblia como un libro de referencia. “¿Deseas aprender un hecho espiritual? Simplemente busca la palabra correcta en el índice para encontrar toda la enseñanza acerca de cualquier tema.”

 El inconveniente real es que la Biblia no es un libro de referencia. Algunas verdades se ven claramente en un pasaje, pero la mayoría de las doctrinas de la fe cristiana son tejidas a través de todas las escrituras. Aparecen estas enseñanzas en varios pasajes. ¿Si esperamos que cada doctrina se va a encontrar empacada sencillamente, qué va a pasar con nuestra confianza cuando llegamos a las escrituras y nos damos cuenta que no es así? ¿Hay alguna manera en que nosotras, como cristianas normales, podemos estudiar estas verdades por nosotras mismas y resforzar nuestra confianza en la palabra de Dios? En este apartado y en el siguiente, voy a explicar cuatro maneras para seguir el camino de la enseñanza de la Biblia acerca de temas específicos.

Estudios de Palabras

El primer método por el estudio de un tema a través de la Biblia es bastante divertido. Con la ayuda de una herramienta sencilla de software para el estudio de la Biblia (recomendamos biblegateway.com), puedes fácilmente juntar versículos que tienen en común una palabra o frase específica. Aquí les damos una guía paso a paso para ayudarte a comenzar. ¿Quieres saber lo que la Biblia dice acerca de un tema? Utilicemos la música como un ejemplo. 

  1. Teclea la palabra (música, músicos, cantar, cántico, tocar, etc.) en la barra de búsqueda del programa para estudio bíblico. Se puede teclear “canta*” para encontrar varias formas del verbo (“canta, cantan, cantaré, etc.) Recibirás cada lugar en que aparece la palabra en toda la Biblia. Lo puedes hacer muchas veces para incluir varias palabras o ideas.
  2. Copia estos versículos en un documento.
  3. Lee todos los versículos y borra todos que no tienen que ver con la música. (Vas a recibir algunos versículos con la palabra “cántaro” por ejemplo.)
  4. Organiza los versículos. ¡Este paso lleva tiempo, pero también es emocionante! Mientras lees los versículos, patrones y conexiones se van a aparecer. Etiqueta esas ideas y pon todos los versículos que van con el tema bajo tu etiqueta.
  5. Estudia los pasajes en cada tema. ¿Ves que puede llegar a ser un proyecto de largo plazo? Si buscas una idea para un estudio bíblico diario, ya te has regalado mucho material. Cada día, escoge un pasaje bajo el tema. Intenta incluir el contexto, no solamente el versículo aislado. Cuando termines, resume lo que aprendiste de tu estudio.

 En el siguiente apartado, examinaremos tres métodos más para ayudarnos estudiar la Biblia de esta manera—trazando verdades a través de toda la escritura.

 ¿Has hecho estudios de palabras en el pasado? ¿Qué son algunas cosas que aprendiste por medio del proceso?

Foto por Markus Spiske on Unsplash

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Sitio en transición
Poco a poco en las próximas semanas, este sitio se irá transformando en el sitio de la Iglesia Bíblica de Padierna, en Tlalpan, Ciudad de México.

¿Lees Tú la Biblia?

No hay nada más importante en la vida que recibir la verdad de Dios y responder a ella, y no hay mejor tiempo que hoy para comenzar leyendo la Biblia. Puedes encontrar en los enlaces de abajo varios planes para leer las palabras de Dios.
  • • El evangelio de Juan
  • • El libro de Romanos
  • • La Biblia en un año

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